De la sicología analógica de los cabros chicos para con la vida.

Alguien del público ¿tiene algún sobrino, hijo, nieto o pequeño esbirro del averno en su casa?
¿Se han dado cuenta de patrones comunes con los niños pequeños?
Hace mucho tiempo que tengo una observación atragantada, que ahora recordé y me dieron ganas de eliminarla de una vez y para siempre de mi vida:
Cuidado con los cabros chicos cuando se queden callados y no hagan ruido o estén muy tranquilos sin supervisión de nadie. A mayor es el tiempo o la armonía en la casa con su presencia en silencio, mayor es la magnitud de la cagada que se están mandando.
Y claro, unos minutos de armonía con un cabro chico naturalmente tienen que tener su costo. Definitivamente, ese es el principio de equivalencia.